La necesidad interior. Kandinsky.

"Volvía de mis bosquejos, enfrascado en mis pensamientos, cuando, al abrir la puerta del estudio, me vi de pronto ante un cuadro de belleza indescriptible e incandescente. Perplejo, me detuve mirándolo. El cuadro carecía de todo tema, no descubría objeto alguno identificable y estaba totalmente compuesto de brillantes manchas de color. Finalmente, me acerqué más y sólo entonces reconocí lo que aquello era realmente: mi propio cuadro puesto al lado sobre el caballete... una cosa se me hizo manifiesta: que la objetividad, la descripción de objetos no era necesaria en mis pinturas y, en realidad, las perjudicaba".

Así describió el pintor Vassily Kandinsky su experiencia vivida de forma apocalíptica, un día del año 1908, al regresar al atardecer a su estudio. Dos años más tarde el pintor realizó lo que se considera la primera obra deliberadamente abstracta del arte contemporáneo: una acuarela pintada sin ninguna alusión a la realidad exterior.

Kandinsky creía que la renovación del arte tenía de venir de la victoria del irracionalismo oriental y nórdico sobre el racionalismo artístico de Occidente. Es posible que en este sistema de ideas hubiera influido la obra de Wilhem Worringer Abstraktion und Einfühlung, en la que el autor descubría la abstracción como una categoría artística dentro del mundo nórdico y germánico en su enfrentamiento con la naturaleza hostil.

El problema que se planteaba Kandinsky era si la forma y el color, libres de todo propósito representativo, podían ser articulados en un lenguaje de contenido simbólico y llegó a la conclusión de que las formas puras plásticas podían dar expresión "externa" a una "necesidad interna". Las formas coloreadas debían ser dispuestas sobre la tela tan claramente como las notas de una partitura musical.

El espiritualismo neoromantico, impregnado de intuicionismo bergsoniano, de la pintura de Kandinsky se refleja también en sus escritos, dándoles un aire místico que adquiere tonos casi proféticos cuando habla de su idea central "la necesidad interior":

"Nuestra alma", escribe el pintor, "que apenas acaba de despertar, después de un largo periodo de materialismo, lleva dentro de sí los gérmenes de la desesperación que procede de la falta de fe, de la falta de un fin y de una meta. La pesadilla de las concepciones materialistas, que han hecho de la vida del universo un juego malvado y sin objeto, todavía no ha terminado. El alma que está a punto de desesperarse todavía siente muy fuertemente la impresión de una pesadilla. Sólo una debil luz aparece como un pequeño resplandor que el alma casi no tiene el valor de mirar porque teme que esta luz sea un sueño y el círculo negro la realidad. Todos los medios son santos si son internamente necesarios. Todos los medios son pecaminosos si no brotan de la necesidad interior".

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